viernes, 11 de febrero de 2011

El Arsenal



Siempre que llegan visitantes a mi recámara, el punto focal de mi atención es mi pequeña colección de armas. No es una selección muy grande o vistosa, pero cada objeto en ella tiene su historia. Esta colección empezó cuando yo estaba en la preparatoria (hace poquito), con una sola espada, y poco a poco fue creciendo.

Como toda buena metáfora fálica, empecemos con los más grandes:


El sable de bambú y el sable de madera los compré como un paquete, para mi entrenamiento de haidong. 


En teoría, son instrumentos de práctica no letales. 


Ambos son muy grandes, y el sable de madera es quizás el arma más pesada de mi colección. No letal, mis polainas.


Naturalmente, las espadas son lo que más llama la atención. La joya de la corona de mi colección es la katana roja "zatoichi", llamada así por una serie de películas del mismo nombre. 

Tiene la peculiaridad de poder pasar por un bastón, y su hoja es recta.                                                               En contraste, la katana negra es un arma más tradicional. 
Afilé la hoja yo mismo, y su mango (originalmente una cabeza de dragón) se rompió a la mitad luego de una sesión de práctica.

La espada plateada es de fabricación china. De acuerdo con un amigo mio, el diseño está basado en un espadín ceremonial, lo cual explica el diseño detallado, que incluye entre otras cosas una pagoda y una cabeza de dragón en la empuñadura.


Ambas dagas fueron regalos: la daga de sirena la obtuve de un amigo, y es enteramente ornamental, ya que no tiene filo y no aguantaría bien el proceso. En la foto se ve que la punta está doblada, debido a una caída, mostrando que si bien el arma es bella, el metal es débil.

La daga del rey Arturo, regalo de mis padres, es mucho más resistente y balanceada.                                 Originalmente tambien era un ornamento, pero mi paranoica mente me llevó a afilarla un poco. 

El cuchillo de caza me gustó principalmente por su diseño (incluso tiene destapador), pero me sorprendí al ver que tiene muy buen filo. Bien desquita lo poco que pagué por él.

Finalmente, los chacos son un arma fácil de subestimar, pero son muy sólidos y pueden causar heridas muy severas pese a ser de práctica (es uno de los pocos instrumentos que facilitan los golpes a su dueño).

2 comentarios:

Meissa Star dijo...

a tu excelente coleccion de armas blancas le falta algo... una foto de Ricky Martin: EL PUÑAL POR EXCELENCIA.

Kaiser dijo...

No porque a mi me gustan los cuchillos grandes y el sería un puñal MENUDO