Limpiando detrás de mi escritorio, encontré en el suelo una plaquita de yeso. Al verla me di cuenta de que era mía.
Hace mucho, mucho tiempo, cuando yo iba al jardín de niños Montessori, nos encargaron llevar yeso para hacer una manualidad. Mi mamá me entregó una bolsita con el material: Qué pesado lo sentí en ese momento!
Hace veintitrés años, me cabía la mano ahí:
1 comentario:
Texto deveras interessante neste blog, reflexôes como aqui está dão valor a quem quer que reflectir neste sítio :/
Escreve mair quantidade do teu espaço, aos teus leitores.
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