viernes, 9 de marzo de 2012

Estos jóvenes de hoy

La generación actual no se esfuerza, les basta con hacer un “click” en el “CEPEU” para hacer la tarea. ¡Qué diferencia de las bravas y nobles generaciones anteriores, cuando si querías aprender algo, tenías que pasar una tarde entera estudiando en la biblioteca!

Claro, que importa que lo que llamábamos “estudiar” en realidad significaba agarrar los libros que dijo el maestro que agarraras, buscar los conceptos que el maestro te dijo que buscaras, copiar los capítulos que el maestro te dijo que copiaras, y memorizar las palabras que el maestro te advirtió que preguntaría.

Tampoco importa que el 80% de esa educación será olvidada tan pronto cómo termine el examen. Ni que la gran parte de esos temas son completamente innecesarios. Pero que estoy diciendo? Por supuesto que saber las capitales de Europa Oriental es importantísimo! Digo, no es como si uno pudiera averiguarlo solamente con un…



 “…Maldita sea.”

Estoy bastante harto de escuchar este tipo de opiniones. Básicamente, es más de lo mismo: creemos que cada nueva generación de jóvenes son más flojos y necios que lo que nosotros fuimos. 

No nos engañemos: la tecnología ha cambiado exponencialmente durante los últimos cien años, la educación no. Se sigue creyendo que la mejor manera de aprender es sentarse durante ocho horas al día, cinco días a la semana, escuchando atentamente a una persona de mediana edad que nos hace memorizar datos y fechas que podemos encontrar en 2 segundos en la Wikipedia y que jamás volveremos a usar.

Esas cosas modernas facilitan tanto las cosas, que deben ser del diablo. Entenderlas? Adaptarnos? No hace falta, es más fácil burlarnos, estereotipar, y estigmatizar a quienes lo usen.




Podemos aprovechar esta tecnología para educar a nuestra juventud de manera mucho más completa. Cuantas clases de geografía podrían beneficiarse con las imágenes satelitales de Google Maps? Cuantas clases de idiomas podrían utilizar la internet para conversar con otras escuelas en otros países? 

Qué mejor manera de hacer que los chicos aprendan a formar sus propias opiniones que hacerlos leer diversas fuentes de información y elaborar su propia opinión a partir de ellas, en lugar de conformarnos con lo que dice un libro y un maestro?


En mi funeral, quiero que me incineren sobre una pila de mis libros de la secundaria. 
Digo, para darles algún uso.


Por primera vez en la historia de la humanidad, el mundo está lo más cerca posible de estar unido por una red de comunicación instantánea, que además, es la base de datos más grande que existe. De veras queremos hacer a un lado esta gran herramienta por el miedo y la desconfianza?

Peor aún, ¿de veras queremos aislar a los jóvenes que saben usarla por el hecho de hacerlo?


Piensa en ello, generación pasada: tu odio no es nuevo.
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