jueves, 28 de abril de 2011

Queremos sangreee

A mi madre la van a operar. Lamentablemente, mis indagaciones concluyeron que yo no podía hacer la operación. No me parece justo, manejo bien el serrucho, pero en fin.



Y tengo mucha experiencia con pacientes histéricos.


Uno de los requerimientos para que no la corran del hospital es donar sangre. Mi plan inicial de exprimir sanguijuelas tuvo que ser descartado, quien sabe dónde se hayan adherido los bichitos antes. También aprendí que meterte sangre de gato no te convertirá en hombre-gato.



Adiós a mi lucha contra el crimen.

En cierto modo, el Banco de Sangre tiene mucho de banco, pero bien poco de sangre. Tenemos que hacer un “depósito” de dos unidades de sangre, para que así mi madre tenga un crédito de dos unidades a su favor. 



"Una unidad, dos unidades..."

Y no puede ser la sangre de cualquiera: a fuerzas debe ser del mismo tipo. Yo sólo conozco sangre de la roja, así que la búsqueda fue más complicada de lo que esperaba.

Si por mi fuera, le pondría a mi madre sangre de Mr. T y de Chuck Norris, y jamás volvería a ser víctima de bullys. Pero ahora resulta que los sangrones que donen sangre deben estar limpios de alcohol y drogas. 



La población donante se reduce en un 90%.

Tampoco deben tener tatuajes. Esto porque el médico se puede distraer al ver la mariposa tatuada en tus pompas y puede inyectarte en la ingle o así.

Luego de mucho batallar, por fin logré encontrar dos candidatos a los que les pudieran chupar la sangre. Espero que esto signifique que mi madre tendrá un botellón lleno de sangre listo por si hace falta rellenarla. 

martes, 26 de abril de 2011

Santas Semanas, Batman

Pues antes de que se acabara el mundo, los beatos pecadores del mundo decidieron hacer un último esfuercito para no irse al averno. Claro, posiblemente podrían esforzarse un poquito más. Y es que los "festejos" de Semana Santa (que ni es semana ni santa), se me hacen una de las mayores hipocresías del mundo moderno.

Veámoslo desde el punto de vista de Dios.



Es fácil para los Megalómanos.


El mundo había caído en pecado absoluto. Esta horrenda plaga de cavernícolas cachondos (entre cuyas filas se encontraban Irma Serrano y Andrés Manuel López Obrador) fornicaban, peleaban, maldecían y a veces hasta usaban condones de piel de cabra.

Ahora, Dios estaba de un humor medio amargosito. Anteriormente ya había exterminado a los Dinosaurios cuando éstos empezaron a comerse entre sí en lugar de ofrecer a los más rechonchos como sacrificio. Dios actúo de manera madura ante tan terrible falta de respeto y los achicharró.



Algunas videocintas sobrevivieron al cataclismo.

Naturalmente, decirle a los humanos “Oigan OGTs, o se comportan o les parto su virgen maría en gajos!” estaba fuera de discusión. Y achicharrar cosas no funcionaba tan bien como los humanos, que hasta la fecha tienen la capacidad de reproducirse más rápido de lo que puedo dar pláticas de uso del condón. Era un dilema. Por supollo, Dios tuvo una brillante idea : “Pos entonces les mandaré a m’hijo para que sea buena gente, y les haga algunos milagros.”

Claro que la mayoria de los milagros que Jesus hizo resultaron bastante pinchurrientos. Multiplicar pescaditos y cambiar el agua en vino habrían resultado útiles si hubiera una crisis de alimentos, pero en esa época hasta el guey de Pedro conseguia pescar. Y comparado con algunos de sus predecesores, Jesús se quedó muy corto de milagros.


"Maldito barbón" ~ Jesús.

Asi nació una de nuestras más ilustres y agradables tradiciones. Qué mejor manera de honrar al Dios que nos dio vida, qué reproducir sopotocientas mil veces la humillación, tortura y muerte de su hijo?

Qué pensaría Jesús, que tuvo una vida tan interesante, de ver que los lerdos humanos preferimos enfocarnos en su horrenda muerte?


domingo, 17 de abril de 2011

Ficción

Son las seis de la tarde de un Viernes. He terminado las labores de la oficina, cumplido los mandados de la casa, y no veré a mis amigos sino hasta el día siguiente. Buen momento para escribir.

Me siento frente a la laptop y abro un documento en blanco. Al mismo tiempo saco mi cuaderno de notas y reviso los apuntes de ideas sueltas que he hecho. No puedo dejar de reír al pensar que cualquiera que lea cosas como "Vynen es un hijo bastardo" y "Rophen no hace mucho daño con su magia a organismos vivos, pero sí a objetos inanimados" pensará que no son más que delirios mariguanos. Pero en mi cabeza, son eslabones de una cadena.

Dudo por unos momentos; el ambiente está incompleto. El silencio me trae la respuesta: saco un MP3 del maletín. Tengo un poco de dificultad al elegir la canción correcta, pero finalmente encuentro una adecuada. Empiezo a escribir.


Praan - Garry Schyman .mp3
Found at bee mp3 search engine


En una ciudad cualquiera de nuestro planeta, un niño mira al cielo: Hay una repentina lluvia de estrellas fugaces, llenando el firmamento de líneas de luz. Él no lo sabe, pero cada una de ellas trae consigo una historia. Cada estrella tiene como destino un mundo, y en ese mundo se librará un conflicto.




Bajo el mismo cielo, en un planeta diferente, un caballero de armadura negra carga contra otro. Están en medio de dos ejércitos. La armadura negra refulge como ébano, mientras que su oponenta brilla como si estuviera hecho de luz.

Bajo el mismo cielo, en un planeta diferente, un joven escapa por un bosque. Lo persigue una manada de lobos que se transforman en niebla a voluntad. Los amigos del perseguido los siguen a corta distancia: una de ellos lanza a un golpe a un lobo, que desaparece en una nube de pétalos.

Bajo el mismo cielo, en un planeta diferente, una pareja de personas emerge por primera vez a la superficie tras vivir durante veinte años bajo tierra: se encuentran en un paraje desolado, bajo un cielo lleno de estrellas fugaces. No se imaginan que la causa de todo esto está en el centro de su planeta.

Bajo el mismo cielo, en un planeta diferente, una joven lee la historia secreta de su mundo, escrita con letras de luz, que aparecen cuando una gota de su sangre toca la pared de un monolito de ónice. En ella se describen las historias antes descritas, que detallan que todas son una y la misma.


Y mientras todo esto sucede, yo estoy frente a mi computadora, escribiendo la trama de estos conflictos. Hay algo mágico en escribir estas historias.

Soy un creador, o un cronista?

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jueves, 14 de abril de 2011

Eventos que marcaron mi vida

4. Viajes

Mi vida ha estado repleta de viajes, grandes y pequeños. Desde los viajes mensuales a Monterrey (4 horas de distancia) hasta aquel viaje enorme a Nueva York hace un par de años, estas experiencias siempre me han hecho desear más. 

Fotografía de Kaiser-Kun

Proximamente en este blog: 
Nueva Yorkeando, Primera Parte

El mundo se vuelve pequeño y grande a la vez cuando viajas. Pequeño, porque te das cuenta que las maravillas tecnológicas de hoy nos permiten recorrer distancias que antes se consideraban imposibles (aún creo que viajaré al espacio antes de cincuenta años). Grande, porque el viajar te demuestra la inmensa variedad de lugares y personas que habitan este planeta.


3. Bullying

La gran mayoría de las personas ha sufrido algún tipo de maltrato a lo largo de sus vidas. El bullying, o violencia escolar, es particularmente dañino porque se realiza en un momento particularmente vulnerable de la vida de la víctima. 

En mi caso, sucedió al principio de mi adolescencia, a manos de un grupo de zopencos, de los tantos que habitaban una escuela privada. Un muchacho inteligente, con buenas calificaciones, querido y popular con sus amigos y maestros, y que además tiene la lengua más afilada que la espada Excalibur?

El abuso continuó durante años, al cabo de los cuales finalmente aprendí una muy valiosa lección: Una persona inteligente no es popular en medio de una horda de imbéciles. 

Aunque el daño físico que recibí fue considerable, lo más terrible del asunto sucedió años después: con mi autoestima por los suelos, y harto del abuso que había sufrido anteriormente, tuve el deseo de terminar con todo. Me aterra recordar la sangre fría con la que calculé mi muerte.

En el último instante recuperé la lucidez (o el miedo) y arrojé lejos el arma, misma que no he vuelto a tocar. Mis agresores tuvieron historias tristes. Hace poco visité la escuela donde ocurrió el problema, pues necesitaba un documento para mi graduación de la Universidad. Ahí encontré a uno de ellos, enfermo, gordo, y drogado. Las secretarias le daban dinero a veces por hacer mandados. Me fui pensando que aunque yo pude superar lo que me hizo, la vida no perdona.

2. Universidad

Tras los tristes eventos del punto anterior, mi vida social no era precisamente alegre. Nunca pude hacer verdaderos amigos en la secundaria o preparatoria, por desconfianza y miedo. Se necesitaría un cambio radical de ambiente para hacerme salir del cascarón.

La Universidad facilitaría esto: ya con la madurez de jóvenes adultos, y viendo que aquí si se permitía ser diferente, el cambio fue gradual pero seguro. Cinco años después de que entré, podía hablar en público sin problemas y en todo momento, tenia un grupo de amigos leales y sinceros, y mi autoestima había recibido varios impulsos muy necesitados.

Dicen que la Universidad cambia a las personas. En mi caso, fue para bien.

1. Dejando el Nido

A los quince años dejé la casa de mis padres, con el permiso de ellos, para vivir en otra ciudad. Comparado con mi natal Victoria, Monterrey es una megalópolis. 

Fue así como empecé mi entrenamiento, que además de una educación formal, me permitió convertirme en un adulto. Viví en Monterrey ocho años llenos de aventuras y anécdotas, hice muchos amigos, me rompieron el corazón (y a veces la cara), conseguí trabajo, manejé un automóvil, y empecé a escribir. Dos fotos dicen más que dos mil palabras:


1999 - 2009

Recomiendo ampliamente a todos los padres que permitan la misma experiencia a sus hijos: es difícil y muchas veces doloroso, pero la recompensa es enorme.

lunes, 11 de abril de 2011

Quema Mucho

...hace calor.



En mi ciudad está haciendo un calor de los sopotocientos mil demonios.

Hace tanto calor, que uno podría surfear en las puercas olas de líquido que los aldeanos han estado sudando. 

Hace tanto calor, que los campesinos de maíz rentaron centenares de películas, al no saber que hacer cuando todas las semillas estallaron en palomitas al mismo tiempo.

Hace tanto calor, que encontré a un sacerdote católico y al monaguillo encuerados en el confesionario. 

Hace tanto calor, que un hippie que intentaba cantar "Cuando Calienta el Sol" recibió tres golpes y un guitarrazo en la cara.

Y no me refiero a esos calorcitos maricones de Baja California, nooo. Aquí si hay motivos para quejarse. No les puedo dar una temperatura exacta porque mi termómetro se derritió y ahora es feliz en el cielo de los aparatitos.



“VAYAN MUCHO A LA CHINGADA”
Atte. Sociedad de Vampiros Tamaulipecos


Este calor no es natural, por supuesto. Metiendo a la licuadora todas las teorías de conspiración de Hugo Chávez, el Peje, cientos y cientos de babosos en internet y revolviendo a nivel 5 (el 4 es para niñitas), estoy convencido de que es un ataque deliberado contra mi persona.

Por qué? Pues porque una personalidad tan inteligente, carismática, atractiva y modesta como la mía despierta muchas envidias. Además del pequeño detalle de mi incapacitamiento© crónico para quedarme callado cuando veo una estupidez, sea actuada, hablada, o escrita. Y si hay algo en abundancia en la internet son usuarios tarambanas.

Por supuesto, la única explicación posible para este terrible calor es una conspiración en mi contra.



Mapa de los cielos

El objetivo de tan zurda (o sea "siniestra", entendieron? joi joi) operación es naturalmente agarrarme con la guardia baja: Mis niveles de sarcasmo descienden de manera drástica al verse confrontados a temperaturas superiores a los 31 grados centígrados.

De esta manera, con mi sarcasmo bajo y al borde de la deshidratación por sudar como puerco en rosticería, es como esos viles engendros esperan verme incapaz de expresar mis valiosas opiniones en temas de suma importancia.

Pues sepan esto, trolls: Aunque los cielos se incendien, aunque el sol explote, aunque cada átomo de mi cuerpo se encuentre en agonía, calcinado hasta quedar reducido a cenizas humeantes, el doblaje latino de Los Simpson sigue siendo mejor!!

sábado, 9 de abril de 2011

¿De dónde vienen las entradas bebés?

Es un proceso muy interesante. Pero cómo diría Leatherface: Vamos por partes.

Todo empieza en el cielo de los escritores, donde los grandes artistas de la palabra escrita viven. Ahí nunca te falta la inspiración, no tienes límites de tiempo, y no tienes que lidiar con preguntas babosas de fanáticos empedernidos.

Primero, dos angelitos de las ideas se conocen. Se hacen amigos, y con el tiempo, convierten esa amistad en una pasional relación de amor y carne.


Puaj.

Esos angelitos conciben juntos una idea, la ponen por escrito, y mandan el original y dos copias a que los firme el Licenciado Godínez.

Una vez con la aprobación del Licenciado Godínez, la idea es enviada de inmediato al departamento de transcripciones. Los felices empleados del departamento de transcripción se encargan de dar forma a la idea, tomando dictado de la misma y añadiendo sus propias opiniones.




"Y Dumbledore era gay."

Una vez completada, la idea es enviada por correo express a la Tierra, y recibida por el reino de los duendecillos felices. Para añadirle la magia que la hará funcionar, los duendecillos capturan a sopotocientas haditas y las machacan en una licuadora. 



Jugo de ideas sin procesar.

Finalmente, la idea ya completa es entregada al veloz mensajero, que habrá de llevarla a su destinatario. La labor es peligrosa: cada año se roban cientos y cientos de ideas. Cómo creen que se creó Eragon?



Algunos harán lo que sea con tal de conseguir el éxito.

Una vez que la haya entregado, se le disparan cuatro plomazos al mensajero para prevenir plagios.

Y así es cómo llegan las ideas a mi cabecita. :D

jueves, 7 de abril de 2011

La primera obra desde que el mundo cambió

Una de mis novelas favoritas, Dies the Fire, trata de los efectos tras la repentina inutilización de la tecnología y armamentos modernos. Escribí una pequeña historia inspirada en este concepto:



Andrea se incorporó al escuchar la primera campanada. Se agachó con rapidez al ver que el supervisor la miraba con una ceja levantada; a toda prisa volvió a recoger duraznos del árbol junto a ella. Algunos están verdes, pero ella no puso atención mientras los colocaba en la cesta que cargaba en la cintura. En el árbol siguiente, su amigo empezó a reír. Cinco campanadas después, el supervisor aplaudió dos veces, gritando “Es todo por hoy, buen trabajo”.

La joven de diecinueve años se quitó la cesta, llena casi hasta el tope de duraznos, y caminó con los demás hacia las cocinas para finalizar la jornada. Los campesinos charlan con voz cansina, pero alegre: nadie tiene energía para cantar a las seis de la tarde, luego de una jornada de diez horas de trabajo. Las canciones generalmente se entonan rumbo al trabajo, aunque la voz de los intérpretes todavía requiere mucha práctica.

Miró a su alrededor a las personas que, como ella, ahora son campesinos. Sabe que hay entre ellos profesores, artistas, burócratas y abogados. Ella misma estudiaba Filosofía en la Universidad hasta hace un año, cuando el mundo cambió. El Cambio fue repentino y devastador: en un instante, todos los aparatos electrónicos habían dejado de funcionar. En un extraño y bizarro giro, las armas de fuego también fueron inutilizadas.

Sin motores, todo vehículo, aéreo o terrestre, que estuviera en movimiento, perdió el control.

Sin armas ni comunicaciones, el gobierno fue incapaz de mantener el orden ante los saqueos, en un mundo donde las distancias se habían vuelto inmensas. Sin tecnología, la civilización moderna se desplomó.

Andrea sacudió la cabeza, tratando de ahuyentar el recuerdo de esos primeros días. A su alrededor, la charla trataba en su mayor parte de la función de esta noche. Uniéndose a la fila de personas frente a la cocina, Andrea esperó su turno. 

En la ventanilla, un agitado pero sonriente cocinero recibió la canasta de duraznos, y a cambio le entregó un cuenco de madera con su cena: frutos cortados en rodajas, ensalada mixta, una gruesa rebanada de carne y pan recién hecho.  Había, para variar, limonada. Los cocineros evidentemente habían decidido unirse a la fiesta. Andrea comió en silencio, y disfrutó su bebida a sorbitos mientras se dirigía a los baños a asearse.

La ampliación de los baños había sido uno de los primeros proyectos de plomería. Mientras se duchaba, Andrea agradeció en silencio al equipo de plomería. 

El señor Darío había sido maestro de oficios en la escuela donde se habían refugiado: ahora el anciano de casi setenta años dirigía las labores técnicas, ayudado por una veintena de aprendices adolescentes, muchos de ellos sus alumnos antes del Cambio. Los nuevos baños y regaderas habían sido su idea: evitar enfermedades era mucho más importante luego del Cambio.

Andrea tomó ropa limpia de su locker. Eligió con cuidado sus mejores prendas de antes del Cambio: las costureras habían hecho mucha ropa nueva, pero casi toda era para los niños, que crecían rápido.

Calculando la hora por la posición del sol, que ya casi se ponía, Andrea apuró el paso rumbo al teatro. Tras construir varios proyectos vitales, el equipo de carpintería había pedido permiso para levantar un teatro. Se sorprendieron cuando los Líderes aprobaron el proyecto de inmediato: todos extrañaban la variedad de entretenimiento de antes del Cambio.

Andrea sonrió al recordar la forma en que había convencido al reclutador de aceptarla en la comunidad: cuando le preguntaron qué habilidades tenía, ella sacó su saxofón de su estuche y tocó un solo. La aceptaron inmediatamente.

La primera sorpresa vino al llegar a la explanada central. El teatro se levantaba, imponente, en medio de la comunidad, que parecía haberse congregado en pleno para el evento. Mirando alrededor, Andrea se tranquilizó al divisar a los guardias en las torres de vigilancia. Imágenes de violencia y saqueo vinieron a su memoria, de los primeros días del Cambio. No podían bajar la guardia: todavía había bandas de ladrones en los alrededores, y se estaban organizando mejor.

Atrás habían quedado los días en que toda la comunidad cabía cómodamente en dos salones de clase: ahora eran más de seiscientas personas, sin contar a los niños. Andrea buscó su asiento al frente: si bien sus interpretaciones de jazz recibían muchos aplausos, esta noche ella debía cooperar en la obra como acompañamiento musical.

Los cocineros dieron otra sorpresa al repartir bolsitas de papel. Todos los niños, y buena parte de los adultos, dieron un grito de alegría al reconocer las palomitas de maíz caseras. El ambiente no podía ser más propicio: los aplausos empezaron incluso antes de que se abriera el telón.

La obra era muy sencilla, por limitaciones de material y personal calificado. El elenco de artistas estaba formado exclusivamente de jóvenes, que habían prometido a los líderes que ensayarían durante su tiempo libre. 

Sin poder decidirse entre una historia y otra, habían decidido adaptar escenas de varias películas famosas: Andrea intentó contener la risa mientras su saxofón daba un tinte melancólico a Romeo y Julieta, que se juraban amor eterno, luego de que Godzilla hundiera el Titanic en el que viajaban (“Godzilla” era interpretado por dos actores, uno sobre los hombros de otro).

Mirando alrededor, se dio cuenta de que nadie se reía en plan de burla: los niños estaban extasiados, y los adultos miraban con lágrimas en los ojos. Andrea sintió sus propios ojos humedecerse al pensar en lo que estaba viendo: una de las primeras expresiones de arte, en una comunidad que había sobrevivido a la muerte y la miseria.

La vida de todos había cambiado radicalmente hacía un año. Ahora nadie daría por sentado su siguiente comida. Nada se desperdiciaría: el mundo era mucho más cruel, y la gente había cambiado, pero la vida seguiría.

lunes, 4 de abril de 2011

Kaiserlandia


Desde hace ya un buen tiempo he pensado en qué pasaría si me tocara organizar una comunidad. Mis ideas han alcanzado ya un nivel donde necesito ponerlas por escrito o me arriesgo a perderlas:

Estructura

Las tareas son más sencillas de organizar y realizar si el trabajo se divide. De la misma forma, una comunidad sería más efectiva si se dividiera en partes equivalentes, capaces de funcionar de manera independiente, pero que al mismo tiempo reportan parte de sus ganancias y reciben sustento de un núcleo central.


Gobierno descentralizdo y adoración a Satanás, todo en uno.


Trabajo

Una comunidad necesita tres cosas: alimento, herramientas, y protección. Por lo tanto habría que organizar formas de producir estas necesidades. Todos los trabajos son importantes para que la comunidad funcione. El trabajo es arduo y exige calidad, pero al mismo tiempo se recompensa ampliamente.

Entretenimiento

Para qué te rompes la espalda trabajando, si al final de la jornada vas a dormir? Eso no es un hombre, sino un hámster. Es necesario que el trabajador se divierta y juegue, mediante deportes o arte. De nada sirve tener la comunidad más productiva del mundo si sus habitantes son los más infelices.




Identidad

Qué hace especial a tu comunidad? Por qué debería una persona sentir no sólo deseos de unirse, sino mantenerse en ella. No se habla de lealtad ciega al grupo, sino argumentos razonables sobre por qué es más conveniente que otra comunidad.