domingo, 23 de mayo de 2010

Bien por el toro

Hace poco vi en el periódico la imagen de Julio Aparicio, un torero que conoció de primera fuente el extremo afilado de la "profesión".

Con cuidado: la imagen es perturbadora.

Vivimos en un mundo donde la tortura y muerte de un ser vivo se considera entretenimiento para una alarmante cantidad de imbéciles. Me alegra que a este idiota en particular le han dado una dolorosa retribución kármica.

2 comentarios:

Karmix dijo...

Mmmm, pues es un tema polemico el que tratas, mi buen Kaiser.
A mi no me gusta la fiesta brava, pero entiendo que es una actividad muy popular. Y aunque tampoco me gusta que maltraten animales, la verdad la lesión esta espeluznante.

protaro dijo...

ora si que quien le manda a irse a meter a tratar de matar a un animal grandote :p