martes, 9 de septiembre de 2008

Romeo me hace los mandados

Cuando vives en una ciudad y tu pareja vive en otra ciudad, a 400 kilómetros de distancia, algunas cosas cambian. Mi novia -de aquí en adelante referida como KaiserGirl- vive en la ciudad de Monterrey, y yo trabajo en Ciudad Victoria, capital de Tamaulipas. Dado que mi trabajo me permite organizar mi horario, hemos podido vernos con regularidad una o dos veces por semana.

Sin embargo, el día de hoy es especial. Mañana, diez de Septiembre, será el cumpleaños de KaiserGirl, por lo cual me dirigí a la ciudad de Monterrey con un día de anticipación. El motivo? Encontrarle un regalo apropiado.

Quienes hayan tenido la fortuna de viajar al centro de Monterrey sabrán que no es un trayecto fácil. Ahora imagínense cargando una pesada mochila a cuestas, conteniendo los enseres del viaje.

Recién bajé del autobús, luego de un viaje de 4 horas, comenzó la búsqueda. Mi novia quería un cierto perfume, que me hizo recorrer tienda tras tienda, perfumería por perfumería infructuosamente. Habiendo agotado mis opciones, hambriento y cansado, opté por el plan B, otra cosa que mi novia deseaba: una cadena de oro.

Aquí si tuve suerte! Casi de inmediato encontré una preciosa cadena, a la que agregué unos aretes y un estuche bonito. Agotado y hambriento, me dirigí de inmediato al expendio de alimentos más cercano -y limpio- que encontré, donde devoré dos gringas con frijoles charros y refresco.

Se dice fácil, verdad? Pues la verdad, al imaginar la cara que pondrá mi novia mañana, puedo decir que valió la pena.

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